Música, maestro

>> sábado, abril 19, 2008

A veces pienso... ¿qué -de lo que me gusta- no me canso de hacer?

Podría decir que de la Gameboy... mentira... acabo harto a las horas.

¿De estudiar? Bueno... pero llega un momento en que -auqnue me guste lo que estoy haciendo- mi cabeza tiene un límite.

¿De ver anime? Es divertido y aprendo -al igual que estudiando japonés- pero se aplica lo mismo que con el estudio.

¿El qué?

Hoy tenía una entrega del master de estructuras. Me puse música clásica para concentrarme... pero no pude. Me quede 10 minutos escuchando la Séptima sinfonía de Beethoven mirando al infinito... hasta que espabilé. Ayer paré de tocar la guitarra, porque me caía de sueño a las dos de la madrugada. Cuando estoy en el coro... me puedo llevar 5 horas que nunca me canso y quiero más.

Me encanta la música. A todo el mundo le gusta. He descubierto que no es lo mismo ver un partido de fútbol que jugarlo. Por lo mismo, es alucinante escuchar música: pero participar de ella... no tiene nombre.

Es una pena que mis facultades sean malas: ni oído ni memoria. Pero me quiero esforzar en esto: es un reto. Cuando vuelva de Japón... estudiaré música. Y esto no es nuevo, ya hace tiempo que lo quiero hacer. Pero es que ahora... me estoy impacientando.

3 han cogido un SUGUS:

Anónimo,  jueves, agosto 14, 2008 4:44:00 p. m.  

Hola Sugus! Sigo descubriendo cositas en tu blog jeje
A mi tambien me encanta la musica, tanto q a veces no aprovecho las ceremonias porque estoy tocando en el coro. Ya se sabe que asi tambien se reza, pero es algo q me inquieta.
Yo te animo a q cumplas tu reto y estudies en serio musica. ¿que sería, guitarra? Ya vi q en el Espino la tocabas jejej Es una forma de expresion preciosa, un lenguaje q no tiene fronteras y se transmite gracias al corazon.
Animo y un beso!

Sugus viernes, agosto 15, 2008 2:08:00 p. m.  

¡Hola!

En el Espino mi interés no era tanto tocar la guitarra... puesto que había muchas. Eso me pasaba antes, que quería aprender. Ahora voy por otra vía: la de emocionarme. Y ahora lo intento hacer escuchando y cantando.

Recuerdo que mientras que escuchaba en el coro, me emocioné terriblemente con dos instrumentos: El Oboe de Osama y el piano de Antonio. Estaba disfrutando muchísimo, y quizás me hubieses visto llorando con una tremenda sonrisa.

Es que la música... es algo de otro mundo.

Anónimo,  sábado, agosto 16, 2008 12:31:00 a. m.  

Pues sí, yo tambien me emocioné con el piano de Antonio y el oboe...tiene un sonido precioso. Es algo unico el poder de las canciones del coro de llegar al fondo de nuestro corazon y removerlo todo. Y entonces solo quieres llorar y liberarte, quedarte como nuevo. Increible.
A dónde podremos llegar con la musica...

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