Sugus de piña: De arquitectos famosos

De las curiosidades de mi escuela de arquitectura es que está plagada de arquitectos famosos. Eso no quiere decir que sean buenos dando clases (al revés más bien).

Curiosamente, en el ámbito de la arquitectura dices un nombre famoso y la gente se sorprende y habla de su obra como si fuese un ganador de Operación Triunfo. Fuera de éste ámbito, no lo conoce ni "el Tato" (*).

(*) El Tato tampoco lo conozco yo.

Por nombrar algunos de los que me han dado clase, en orden cronológico.:

1. Blanca Lleó. Fuimos a ver una de sus obras, que es esta, la cual venía con una escalera mecánica que llegaba hasta el "boquete". Blanca nos dijo que la uso para llamar la atención en el concurso y poder ganarlo a costa de que digan "pero quita la escalera).

El Mirador de Sanchinarro. MRDV y Blanca Lleó.

1 bis. Miranda: La primera charla habló de política, usando el periódico El País, albando al PSOE y criticando al PP. Me quedé impresionado de que diesen una charla política en una facultad y sobre todo a gente de primero que no se atreverían a contestar. PERO tenía un profesor que era muy bueno, Rafaél Pina. Y no era famoso, pero daba clase que daba gusto, sobre todo dando tutorías te ayudaba mucho y era humilde. (Ahora es catedrático).

2. Arana. Una persona un tanto desagradable. Me cabreó bastante cuando empezó a insultar a una chica por su trabajo llegándole a decir que deje la carrera, que no valía para arquitectura porque ser arquitecto no se aprendía sino que venía de nacimiento.

2 bis. Sancho. No apareció por clase apenas, t si lo hacía era para decir lo guay que era. Así que nos dieron clase dos chicos jóvenes. Lo malo es que se notaba su inexperiencia como profesores.

Capilla en Madrid. JC Sancho.

3. Almudena. Fue una profesora sustituta, pero realmente me encantó cómo daba clases. Lo que más me gustó es que valoraba el esfuerzo del alumno.

4. Valentín Berriochoa: Muy bueno, pues te explicaba los errores y te daba buenas ideas. Se nota que sabe trabajar y enseñar. Se dedica a la restauración.

5. GEP. Comenzaron con una idea muy buena: desarrollar la imaginación, pero en eso se quedó: pues son un elenco de profesores que no saben dar clases. Vamos, que de profesor poco poco. Y para colmo no evaluaban según el trabajo realizado, sino según la idea innata que pueda tener uno para desarrollar tonterías.