Un ángel cae
>> viernes, enero 30, 2009
Hace tiempo que quería escribir esto. Pero hay veces... que uno no encuentra el momento. El momento requiere estar en disposición de explicar bien las cosas.
Para escribir esto, tuvo que aparecer por tercera vez en una semana esta canción:
Pero no soy perfecto. Y entre mis faltas se encuentra una un tanto grave. No es que sea malo para los demás... es que es sólo malo para mí. Y de ella no quiero salir o prefiero no salir. Y lo malo es que me lleva en dirección contraria al amor.
Esa falta es el perdonar. Normalmente pido perdón por casi todo, quizás porque conozco mis errores y no me gusta que nadie deje de dormir por una mala actitud mía. Y sinceramente... me cuesta tanto pedir perdón que lo de menos es que me perdonen: el caso es que yo he pedido perdón. Y ya por eso, adopto una aptitud de corregir la falta que hubiese cometido.
Otras veces, he pedido perdón cuando en verdad me lo tenían que haber pedido a mi. Quizás es para provocar que los demas lo pidan tambien. En este caso, una vez que lo he hecho, me he alejado de esas personas...
Pero hay una ocasión en la que yo... no se perdonar. Y es cuando he cogido cariño a las personas... y estas fallan gravemente provocandome un gran dolor. El fallo es comprensible, ya lo comenté cuando hablé de Tolerancia. El motivo por el que no perdono es que tengo encima demasiada carga psicológica: tanto por los amigos, por lo que he hecho yo mismo o por las personas que rodean el caso...
Normalmente intento perdonar sin que me pidan perdón: usando el tiempo, que hace que todo se olvide. Pero siempre queda una cosa que no te puedes quitar: el rencor.
Tu corazón es como un trozo de madera. Los clavos que son clavados en ella son las cosas que te han hecho daño. Cuando te piden perdón, te quitan los clavos. El rencor es el agujero que deja ese clavo quitado. Te los quiten o te lo quites tú... siempre te queda rencor. Y en este momento es el que uno entra en la fase "soy un hipócrita, pues me comporto bien con alguien que no quiero tener al lado".
Y por eso yo lo arreglo de la siguiente forma: hablo para que todo quede en paz... y luego desaparezco con el tiempo -sigilosamente- con un "tengo otros asuntos". Y esto lo hago para que no tengan posibilidad de pedirme perdón y que yo tenga que perdonar. Lo hago inconscientemente, por ser la única salida que veo para no tener que sufrir más.
Esto.. lo he aplicado a muchas situaciones: la primera fue con mi ex-novia (le dije que no volviese a hablar conmigo nunca más... no quería sufrir), luego con uno de esos que llamas "mejores amigos", con una pareja de amigas, con un grupo de personas, con toda una comunidad... cada vez debo dejar más gente.
Pero -tranquilo- suelo dejar el grupo cuando ya no tengo más amor que ofrecer en él, o me estan obligando a generar más odio que amor. Por todo esto, lo más peligroso -y lo que más temen de mi- es que soy independiente. Tanto para quedarme como para irme.
La canción era una de las favoritas de ella, a la que nunca volveré a ver.