La caja de los recuerdos

Junto con mi hermano terminé de meter en la caja todos los recuerdos. Los había encontrado esparcidos por el suelo y llevaban 7 años esperando a que alguien -quizás yo- los recogiese y tirase.

Realmente me extrañaba que llevase tanto tiempo allí puestos. Con un poco de melancolía, me dispuse a levantar la caja y en ese momento... alguien entró por la puerta. ¿Qué otra persona entraría allí? Pensé en esconderme, pero no me daba tiempo. Era absurdo: sólo podía entrar allí la otra dueña de los mismos recuerdos. ¿Porqué el mismo día tantos años después?

Como si hubiese sido necesario para entrar allí, ella venía con su hermana al igual que yo con mi hermano. Me enamoré nada más verla: Una chica delgada, con el pelo lisa, largo, recogido en un moño desastrosamente enredado pero hermoso. No la reconocí al principio, más al mirarle a los ojos vi... que es ella.

No pude tirar la caja. Una cosa es tirar los objetos materiales que traen recuerdos, otra los propios recuerdos... nunca se pueden tirar. No es cosa de tener pulsar un botón que todo lo borra.

No pronunció palabra, ni en ese momento ni en el breve instante posterior. Tan sólo le cogí de la mano, la única que se amoldaba a la mía y se sentía protegido en ella. Y no pude dejar de mirarla, hasta que me desperté, la razón volvió a mí y me dije: "enamorarse de las personas ideales, nada bueno, no existen".