El cancer de una pastoral juvenil

>> domingo, mayo 31, 2009

Hace un mes un sacerdote me dijo las tres cosas que destrozaban una pastoral juvenil. Sólo recuerdo dos de las que mencionó: la crítica y el protagonismo, achacadas a los propios jóvenes.

En mi experiencia, no estoy de acuerdo con eso: Entre los jóvenes el único problema que veo es el pasotismo -cuando lo hay-. Con esto me refiero a que no se ponen a preparar las cosas a la espera de que alguien lo haga.

Pero veo oculto dentro de eso el principal problema: y es el sacerdote. Un joven que pone iniciativa y no es pasota se encuentra de bruces con un cura que quiere mantener su posición dominante (protagonismo) a costa de que lo que esté haciendo sea bueno o no: el objetivo debería ser la expresión de amor hacia los demás, y no de usar la jerarquía de la iglesia como un "aquí mando yo" o usarla para corregir un mal donde no lo hay.

Un joven pasa a ser pasota cuando no le dejan hacer o lo que se siente es un mandado que debe hacer recados. ¿Dónde queda la esperiencia del Seglar, que tambien puede enseñar?.

Y el segundo problema que veo entre los sacerdotes es la crítica: aquí sólo puedo hablar de mi experiencia, donde he sido criticado por sacerdotes (y defendido por los seglares, que me han contado horrorizados la situacion), he sido apartado de reuniones con excusas poco convincentes, he sido ignorado para realizar funciones (la ignorancia es lo contrario del amor) y he realizado trabajos de comunidad que han sido modificadas o ignoradas sin darme excusa, perdón o permiso.

En definitiva, si se cumple el que haya una comunidad de jóvenes dispuestos a hacer cosas, el principal problema es el protagonismo del sacerdote.

2 han cogido un SUGUS:

MiguelÁngelMoreno domingo, mayo 31, 2009 6:29:00 p. m.  

No estoy muy seguro de estar de acuerdo contigo en esto: comparto la idea de que un sacerdote que sepa motivar y valorar a las personas que forman la parroquia es imprescindible; y que debe colocarse en pie de igualdad con los laicos.
Pero creo que temas como la crítica negativa y destructiva pueden ser muy perniciosos para un grupo de pastoral juvenil; y también hay que intentar dejar sitio a todos los jóvenes que quieran integrarse, lo cual es impedido muchas veces por el "protagonismo".
Entender a los sacerdotes como el principal problema, a mi entender, supone también lavarse las manos y restarle importancia a los jóvenes, que también tenemos nuestra responsabilidad.

Un abrazo!

Sugus miércoles, junio 03, 2009 4:15:00 p. m.  

Quizás estoy hablando más desde el punto de vista de la experiencia que de la razón.

El protagonismo en todos los casos es una práctica que debe llevarse con cuidado. Quizás lo fundamental sea ser protagonista porque los demás lo piden (por ejemplo, tienes una virtud que ayuda a los demás)... que ser protagonista porque uno lo impone. Es por eso que suelen haber sacerdotes que se imponen.

En este caso no he dicho que la culpa la tengan sólo los sacerdotes. El pasotismo, por parte de los seglares, puede ser un problema mayor. Pero -volviendo al punto de vista de la experiencia- ¿porque todos acaban dejando la parroquia la gran mayoría de seglares jóvenes? Porque llega un punto en el que el seglar tiene necesidad de dar su experiencia a los demás... y el (mal) sacerdote piensa que no debe dar nada o que le están pisando su suelo.

Tan sólo conozco una parroquia donde los laicos jóvenes se mantienen y es constante su estancia. Es curioso, que la orden que dirige esta parroquia hace rotar a los sacerdotes 3 meses, lo que hace fundamental la labor de continuidad de un seglar.

Yo he visto y revisto... y a corto plazo la culpa pueden ser de los propios seglares y su protagonismo... pero a largo plazo de los sacerdotes que no aceptan que un seglar tiene dotes de transmitir el evangelio.

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