¿Y para qué ser honesto?

Quise ser honesto.. y en este mundo no parece valer mucho esa palabra.

Hice un trabajo de final de máster. Quise hacerlo para aprender: de cero, calculándolo todo yo sólo, sin usar programas, y dibujándolo yo mismo. Realicé un libro tremendo de cálculos, explicando cada paso, y unos planos con datos exactos.


Llega la presentación, y como no asistí a ninguna presentación antes por imposibilidad, no sabía cómo presentar: así que hice un 3D y comenté como funciona el edificio. Una mala presentación, pues no sabía de qué hablar que no fuesen números ¡había escrito tanto y sólo tenía 10 minutos!. No se miran la memoria, ignoran que los planos los hice todo a mano. Aun así me dicen que el edificio es sencillo pero correcto.

El siguiente chico presenta. Una presentación excelente, parece que sabe mucho, ha usado todo tipo de técnicas. Tiene 5 veces más planos que yo. Impresionante. Es felicitado y le dan sobresaliente.

La resolución fue inmediata. Al salir felicité y hablé un rato con el chico del sobresaliente: También trabajó, pero no hizo los cálculos, ni los planos. Los retocó después de que un programa de ordenador le sacase todos los datos y planos. No repasó si era correcto tanto número y se centró en el aspecto gráfico. Se inventó algunas cosas, pero las contó como si lo supiese todo. Y eso fue lo que me dijo él a solas una vez acabadas las presentaciones... No lo hizo mal: sabía a lo que iba y usó los medios de forma eficiente.

Y yo con cara de tonto... calculé cada centímetro, sin ayuda de nadie ni nada... y nadie vio eso. Ni nadie lo comprobará jamás. Quedé como el que no vale para nada: si, parece que ser honesto en un mundo deshonesto no vale para.

Empiezo a pensar que vivo... ¿en el país equivocado?.

Cuando las nubes tapan la luna.