De campañas
>> martes, marzo 31, 2009
No es la primera vez que hablo de la Iglesia, ni será la última. Pero hoy me apetece decir cosas buenas y malas. Una de cal... otra de arena.
Una de cal: Campaña de la Iglesia contra el aborto libre.
No he visto los vídeos de promoción de la Iglesia en contra del aborto. Ni los he visto ni me hace falta verlos. Realmente pienso que la moral de la Iglesia es de lo mejorcito de este mundo, sobre todo porque esta pensada entre muchas generaciones y muchas personas. Es más: lo que mas me gusta al ser moral es que no estas obligado a seguirla: sino que es un indicativo de lo correcto.
Por otro lado existe algo mas criticable que lo típico de echarle las broncas a la iglesia: y son los estados, cuyas reglas sí estas obligado a seguirlas. Y estas son decididas por 160 personas que piensan las cosas -como máximo- en 4 años. No me fío de la justicia de los estados: porque esto se basa al final en pagar unos buenos abogados y por ende... tener dinero.
Y ahora al grano: tengo por un lado una ley para aborto y por otro una carta de los derechos humanos. Creía que el estado estaba para proteger al más débil. Pues el caso es que creo que los más débiles, los niños, son los menos protegidos. Me hierve la sangre saber que hay leyes para que los niños no se hagan pupa en un columpio... pero luego que si se les pueda matar cuando no se pueden defender.
Resumiendo con una pregunta bastante clara: ¿Vale la pena MATAR UNA VIDA HUMANA a cambio de tener la CABEZA TRANQUILA de "problemas"? Pues vamos eso es el aborto. En su caso me cojo una escopeta que voy a ir a matar a mucha gente.... como un mafioso.
Una de arena: Campaña de la Iglesia para el seminario menor.
En este caso, ya es una cosa personal: Yo estoy porque cada vez haya menos curas. Sí, porque para mi desgracia estoy "jartito" de ver curas que han venido a ser servidos en vez de a servir (pero también veo de los buenos, los que actúan tal como dicen, así que tranquilidad). De que quieran imponer cómo hacer las cosas y que se sientan superiores y dueños de la situación. Que sus formas sean la "dictadura" y no el "tu a tu". Y que pretendan enseñar lo que es el amor basándose en que han estudiado teología.
No señor mio: Lo único que me dice mi experiencia de lo que hace un sacerdote es transmitir la palabra de Dios. Y querer abarcar más sin contar con los demás es meterte donde no te llaman y abusar de tu autoridad.
Cuando estaba en Honduras de misionero, había 1 sacerdote para un pueblo de 100.000 personas y 52 iglesias. Y procuraba pasar por todas cada 2 semanas. Esta claro que este sacerdote debía confiar en los laicos: para enseñar, transmitir y ayudar. Y como él no podía abarcarlo todo... dejaba hacer a los demás y confiar en Dios. Es como Jesús dejándole a sus discípulos hacer. Es más: es el mejor ejemplo que he visto de lo que significa Iglesia, muy parecido a lo dicho en los Hechos de los apóstoles.
En Europa... la Iglesia es muy antigua. Los sacerdotes piensan que la parroquia es el sitio donde ellos duermen y donde nadie debe entrar. Y que si se hace algo... debe hacerse con un sacerdote a cargo al igual que si fuese una guardería en la que debe haber un adulto. ¿Dónde queda ese lugar de reunión que todos necesitamos para hablar de cosas? ¿Dónde queda la experiencia que un seglar puede dar a los demás? ¿para cuándo se darán cuenta que el amor es algo que todos tienen y todos dan y no simplemente un "tu escucha lo que yo digo"?
Al final... todo el mundo se irá apartando de la iglesia para hacer comunidad en otros sitios y que la iglesia solo sirva para asistir a una misa "obligatoria" los domingos y... punto.
Es por ello en que me gustaría que la iglesia tuviese pocos sacerdotes... tan pocos que se vean obligados a cambiar la forma de actuar para que -algún día- los laicos dejemos de ser receptores a ser participantes. Y sobre todo que vean que a los ojos de Dios, todos valemos lo mismo.
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Nadie puede decirle a nadie si es mejor o peor cristiano.
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