Mi pequeño arbol de madera
>> sábado, enero 14, 2006
Érase una vez un chico que andaba por un bosque de metal. Los árboles de este bosque sólo podían ser de acero, hierro o aluminio; pues la madera no era viable ya que se quemaba. Crecían con vapor de agua, gases y cambios de temperatura. Alcanzaban alturas enormes y tenían unos finos troncos.
El chico conocía más o menos cómo funcionaba ese bosque. Vivía al lado e intentaba mantener el bosque para que siguiese habiendo cambios de temperatura. Pero no era feliz allí. Andaba por el mundo viendo bosques de este tipo, y la gente se admiraba de cuánto viajaba. Volvía con muchas historias para contar, pero nadie tenía interés en saber de ellas... el metal no le gustaba a los demás, pues todos trabajaban entre ellos, incluso indirectamente.
Y es que el chico, lo que el realmente deseaba eran tres sueños: tener un pequeño arbol de madera, un sitio lejano y una persona que le ayudase a cuidar de ése árbol; ya que él no sabía de maderas, sólo de metales. Pero no encontraba a nadie que supiese de maderas.
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